Necesito mi jodida concentración.
Desde que te conocí no pienso en otra cosa.
Me arrinconas en ese pasillo estrecho,
me besas, te restriegas contra mi,
y con ese descaro me dices que soy un capricho.
Pequeña insolente, hay caprichos que se pagan caros.
Te metes en mi cama sin dudarlo,
pero no te hago el amor,
pienso, vete a la puta mierda,
después te arropo y te abrazo.
Me buscas con la mirada,
provocas encuentros casuales,
te tumbas conmigo en la hierba,
te cansas y me tiras como a una colilla.
Te busco con la mirada,
reclamo tus envenenadas caricias,
nos abrazamos largo rato,
al final apartas de nuevo tu boca.
He entendido que es la experiencia,
cometer los mismos errores del pasado,
ser consciente de ello
y continuar haciéndolo.
Nada más hay que convencerse
de que a veces se está solo.
La consigna esta clara, subamos al monte Parnaso
y asesinemos a todas las musas.
Kiko Vallejo
Desde que te conocí no pienso en otra cosa.
Me arrinconas en ese pasillo estrecho,
me besas, te restriegas contra mi,
y con ese descaro me dices que soy un capricho.
Pequeña insolente, hay caprichos que se pagan caros.
Te metes en mi cama sin dudarlo,
pero no te hago el amor,
pienso, vete a la puta mierda,
después te arropo y te abrazo.
Me buscas con la mirada,
provocas encuentros casuales,
te tumbas conmigo en la hierba,
te cansas y me tiras como a una colilla.
Te busco con la mirada,
reclamo tus envenenadas caricias,
nos abrazamos largo rato,
al final apartas de nuevo tu boca.
He entendido que es la experiencia,
cometer los mismos errores del pasado,
ser consciente de ello
y continuar haciéndolo.
Nada más hay que convencerse
de que a veces se está solo.
La consigna esta clara, subamos al monte Parnaso
y asesinemos a todas las musas.
Kiko Vallejo
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