He bebido un colosal trago de veneno.
- ¡Tres veces bendito el consejo que me ha llegado! -
Las entrañas me queman.
La violencia de la pócima tuerce mis miembros,
me hace deforme,
me embiste.
Muero de sed, me ahogo, no puedo gritar.
¡Esto es el infierno, el castigo infinito!
¡Miren cómo el fuego crece!
Me quemo como es preciso.
¡Ven, demonio!
Arthur Rimbaud
domingo, 6 de junio de 2010
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