- ¡Demasiado noble para ser súbdito de nadie, Princesa!
- Aquí, delante de esta copa de veneno que acabo de degustar y con el vasto océano como testigo, solo me queda decir que, "quien algo quiere algo le cuesta", y prefiero arrojarme por la borda maniatado y con el estomago lleno de muerte, antes que aceptar limosnas ni arrastrarme ante nadie.
- Aún debes saber que no te guardo rencor, demasiada carga incomoda al barquero, así que me iré regalándote mi mejor sonrisa y con la esperanza de que allí, en el Hades, al compas de las más bellas melodías nos fundiremos en un beso eterno, incapaz de ser descrito por los más hábiles poetas que la tierra haya conocido.
- ¡Ahórrate empujarme, que ya salto YO!
Kiko Vallejo
- Aquí, delante de esta copa de veneno que acabo de degustar y con el vasto océano como testigo, solo me queda decir que, "quien algo quiere algo le cuesta", y prefiero arrojarme por la borda maniatado y con el estomago lleno de muerte, antes que aceptar limosnas ni arrastrarme ante nadie.
- Aún debes saber que no te guardo rencor, demasiada carga incomoda al barquero, así que me iré regalándote mi mejor sonrisa y con la esperanza de que allí, en el Hades, al compas de las más bellas melodías nos fundiremos en un beso eterno, incapaz de ser descrito por los más hábiles poetas que la tierra haya conocido.
- ¡Ahórrate empujarme, que ya salto YO!
Kiko Vallejo
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